Si en la Bahía de los Britos hubo mortandad de miles de sábalos y bagres debido a falta de oxígeno por las altas temperaturas ambientales, según dicen los informes técnicos, una sola pregunta queda flotando: ¿porque sucedió sólo en ese lugar y no por ejemplo en la bahía de los Décima o en otros ríos tributarios del Salí? ¿Si el fenómeno de altas temperaturas es en toda la provincia, repito, porque ocurrió en ese lugar? El tema de la mortandad de peces, debe ser considerado bajo dos escenarios temporales: uno es la bioacumulación de sustancias ajenas al río y que son producto de la contaminación urbana y/o industrial.
Esto esta demostrado en estudios realizados en el río Salí justamente donde las especies estudiadas demostraron acumulación de elementos químicos industriales. El otro escenario es el episodio de muertes como lo que ocurrió en los Britos.
En este último caso, el episodio de mortandad, que puede transcurrir en cuestión de horas o de días, debe ser analizado bajo una serie de muestreos físicos, químicos, bacteriológicos y ambientales que requieren el concurso de muchas disciplinas científicas. Por ejemplo, ¿qué cantidad de oxígeno disuelto había en el agua?, ¿cuánta era la demanda bioquímica de oxígeno? ¿qué temperatura tenía el agua para conocer la solubilidad de los gases, como el oxígeno? ¿Qué cantidad de materia orgánica había en las aguas del tributario?, ¿Se hicieron nuestros de agua, bajo normas, para medir la presencia de compuestos orgánicos e inorgánicos que se usan en la agricultura e industria y que pudieran tener un efecto de intoxicación instantánea? Algunos estudios en otros ríos del país y del mundo, han demostrado que la irrupción súbita de materia orgánica en los cursos de agua, que no se degrada en el instante, y dependiendo del tamaño de las partículas, puede llegar a obstruir las branquias y llevar a la muerte de los peces.
La pregunta subyacente es: ¿se consideró esta posibilidad? Para acortar el camino una pregunta clave es: ¿qué ríos o arroyos desembocan en la Bahía de los Britos y de donde vienen? ¿Cuál es el estado de esos cursos? ¿Cuál es la historia ambiental de esos cursos? Son muchos los interrogantes para dar respuestas claras.
Pero el estudio “in situ”, del lugar donde ocurrió el hecho es clave para empezar a formular explicaciones. Pero algo debe quedar claro, los que estudian el comportamiento animal conocen que lo que prima en ese mundo es la “lucha por la supervivencia”. Ante la falta de oxígeno, prima esa lucha y los animales buscan salida. Es como sentirse asfixiado en una habitación… no nos quedamos quietos, luchamos, buscamos abrir puertas y ventanas o huimos…
En los ríos, y más en diques y embalses, la temperatura y cantidad de oxígeno disuelto varía con la profundidad. Esos diferentes niveles de oxígeno son aprovechados por diferentes especies animales según su resistencia o tolerancia fisiológica. Muchos dirán que importan unos cuantos peces muertos frente a la situación social y económica a la que asistimos. Pero no es así. Por un lado, son justamente el alimento o ingesta proteica de muchos ciudadanos de la zona. Por otro lado, este hecho nos habla de situaciones, aunque parezcan intangibles, que algo no estamos haciendo bien con nuestro ambiente.